1. Quiere decir que vuelvo a estar activa en el blog después de varios meses en los que me ha sido imposible escribir. Lo positivo de este parón es que tengo muchas cosas que contaros...
2. Una nueva sección que hace ya tiempo tenía pensado escribir. Una sección que hable de lugares, de sitios mágicos, de pueblos y aldeas, de rincones perdidos y grandes ciudades.
En definitiva, una sección que hable de destinos especiales o de curiosidades encontradas en esos viajes.
Y que mejor día que un viernes para empezar la sección titulada
"Siempre hay un lugar donde perderse"
Y el destino que he elegido para inaugurar mi sección de "lugares con encanto" es la Cueva de Arpea, un paisaje que merece la pena verlo porque es realmente impresionante.
Es en la muga entre Francia y Navarra, entre los Valles de Garazi-Cisa y el Valle de Aezkoa, donde se encuentra esta curiosa formación geológica que durante siglos se ha utilizado para guardar el ganado y que no deja indiferente al visitante por sus particulares pliegues y su caprichosa ubicación.
Rodeada de altas montañas cubiertas de un manto verde que se asemeja al terciopelo, escondida como si de un secreto de la naturaleza se tratase, la cueva de Arpea es sin duda un paraje bucólico que evoca paz y tranquilidad a quien tiene el privilegio de conocerlo.
Para
llegar a la Cueva de Arpea desde Navarra, se debe seguir la carretera
NA-2030 hasta la Fábrica de Armas de Orbaitzeta y al final de esta
carretera, tomar un camino transitable para coche que lleva hasta el
Refugio y la estación Megalítica de Azpegui. Se continúa con el coche
hasta el Col d'Orgambidé y se toma una pista a mano derecha que conduce
hasta la cueva. Esta pista se estrecha en algunas zonas pero teniendo
precaución es accesible para cualquier vehículo. Se aparca muy cerquita
de la cueva y se accede a ella a través de un pequeño sendero.
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